jueves, 12 de abril de 2012

De la idea al libro

El desarrollo editorial, encargado de hacer llegar ideas, noticias, refleciones, etc. en cuanto a la
necesidad a sus clientes, debe asegurar la satisfacción de estos por el contenido que produce.

El editor tiene un lugar importante dentro de una publicación, ya que se basa en las ideas en conjunto de todos los departamentos que en ésta participan y analizan la calidad del ejemplar en cuanto a los negocios, su factibilidad en cuánto a costos de inversión se refiere y accesibilidad al público para el que está dirigido.

Un manuscrito al llegar a la editorial y después de su aprobación, deberá ser registrado en un formato y archivado para su fácil localización de manera alfabética por autor, ya sea por nombre o apellido facilitando el almacenamiento de grandes cantidades de éstos. Los manuscritos a ser considerados también pueden ser clasificados, pero éstos por fecha de recepción.

Del lado de la aprobación de un manuscrito depende mucho del ahorro de tiempo y obviamente dinero, ya qué ésta determinación debe ser muy efectiva y no desgastarse en algo que será rechazado.
Dependiendo de su calidad, muchos no lograrán pasar el primer filtro de selección, por ser de mala calidad, o por no ir acorde a las temáticas en las que el cliente está interesado, aunque en ciertos casos éstos sirven para abrir un nuevo campo de interés para la empresa o el mismo lector.

Para los casos en que el equipo de opiniones es reducido, existe la posibilidad de contar con un consultor, quién puede estar enfocado a una temática en especial o alguna otra cualidad que sea decisiva para que un manuscrito sea publicado, transitar de un material que simplemente debió ser rechazado, hasta agregarle importancia que supere las expectativas.

Un editor puede llegar a ser un especialista en un tema en particular, o si ya está consolidado y es lo suficientemente rentable, puede contar con varios departamentos, cada uno con sus áreas funcionales.

Todo lo anterior se enfoca en lograr una buena reputación ante los ojos del mercado en el que compite, y el estímulo e interés de autores en busca de llegar al sector que pretende.

Otra fuente además del personal son los buscadores de textos, quiénes en sus momentos ajenos a su profesión, aportan sobre su especialidad lo que puede ser algo exitoso para una publicación, los cuales reciben un porcentaje de acuerdo a las ventas.

Abarcando las innumerables fuentes de alimentación para un editor, puede ser gente que ha vivido cosas que ameriten anécdotas, gente que trabajaba o conoce el tema a la perfección, alguna figura péblica que tenga alto impacto en la sociedad, el diseño de la portada, el título de la nota y hasta algo que cause gracia o seriedad en torno al tema puede ser la clave del éxito y la garantía de haber logrado el objetivo constante.

Aspectos financieros del libro

Las casas editoriales realizan una inversión por cada libro que llega a comercializarse, este proceso engloba desde el pago al autor, hasta la distribución en los distintos puntos de venta.

La elaboración de un libro implica varios momentos: la preparación, manufactura, comercialización y distribución; esto deriva en que algunos gastos sean fijos y otros variables, en general los gastos fijos van sobre las actividades referentes al original, y los variables en cuanto a la producción en serie de un ejemplar.

Al momento de tener un libro en nuestras manos, cabría ponernos a pensar en cada una de las fases que atravesó hasta llegar a nosotros, cada peso que se gastó por concepto de tal o cual cosa. Además no sólo se invierte en la manufactura y reproducción del libro, sino en la promoción, desde la publicidad hasta eventos para su presentación.

Una constante en cuanto a los costos, es que disminuyen en medida que el tiraje aumenta, la cuestión del menudeo es vital en la producción editorial. Para el precio al público, se multiplican los costos de producción desde 3 hasta 6 veces o más dependiendo de las características del ejemplar.

En esta industria se presentan paradojas durante las decisiones en cuanto a los precios, inversión y retribución; el aumento en los precios disminuye las ventas, el ahorro en los materiales demerita la calidad, entre otros. Aquí es donde radica la habilidad para negociar en la industria, mediante los descuentos, una eficiente promoción y el equilibrio entre la producción de best sellers y obras de otra clase, para garantizar la permanencia de las editoriales en el mercado.

Otros factores a considerar son el empleo de nuevas tecnologías, créditos y la cooperación conjunta entre editoriales, pero al final el factor decisivo para el éxito es la conjugación entre los intereses de la industria editorial y las necesidades del público.

martes, 10 de abril de 2012

¡Vamos a la feria!

Una feria, suena divertido, de hecho me remonta a esas viejas imágenes de la infancia, la rueda de la fortuna, los algodones de azúcar y los peluches gigantes como premio a juegos imposibles de ganar; pero esta feria tiene la peculiaridad de dirigirse a un nivel más profundo del disfrute meramente físico.

Una rueda de la fortuna te puede llevar a ver el vecindario desde las alturas, pero leyendo a Julio Verne puedes viajar a la luna; puedes dar 10 vueltas en el dragón mecánico, pero puedes luchar contra uno para ganar el amor de una princesa si lees una antología de cuentos fantásticos.

En una feria te puedes encontrar a los amigos de la escuela, los vecinos, la chica o chico que te gusta en la escuela; pero en una Feria del libro te encuentras a escritores y periodistas de renombre nacional e internacional, personajes que han contribuido al acervo cultural de la época en la que vives, suena un poco más impactante que los gritos en la casa del terror de la última feria que recuerdes.

Acudí a la XXXIII Feria del Palacio de Minería por primera vez, esperaba encontrar stands con una variedad abrumadora de títulos, pero la impresión que me llevé fue más profunda. El encontrarte acompañado de ávidos lectores, estudiantes que iban por tarea y otros que iban por mero gusto, profesores, académicos, intelectuales, padres de familia que en algunos casos llevaban bebés en carreolas, seguramente para familiarizarlos con ese bello olor que sólo puede emitir un libro nuevo, cuyas páginas no han sido hojeadas, cuyas letras se mantienen ajenas a la vista, cuya historia no ha llegado a vivir el lector destinado a poseerlo.

Libros grandes, pequeños, gruesos, delgados, para todos los gustos y edades; además de un enorme listado de presentaciones por parte de autores de nuevos títulos, conferencias, firmas, pláticas...un sinfín de conversaciones flotando en el aire acerca de la impresión de tal o cual material, de recomendaciones y comentarios acerca de lo bueno del presente año en materia bibliográfica.

Es imposible evitar ser seducido por alguna promoción como la del 50% a los alumnos de la UNAM, o paquetes de tu autor favorito "tres libros por $250, es una ganga", uno sale del Palacio de Minería con una enorme sonrisa, cargando bolsas de Porrúa, El Fondo de Cultura Económica o alguna otra editorial, anhelando el momento en que podrás abrir el primer libro que toquen tus manos, quitarle la envoltura, abrirlo, captar su inigualable aroma a páginas nuevas y comenzar a vivir la experiencia escrita que contiene.

De la feria con juegos mecánicos, sólo traje a casa un peluche y dolor de estómago por el exceso de algodón y palomitas.

lunes, 5 de marzo de 2012

Pasos para publicar…

La publicación de materiales es esencial para el desarrollo de una comunidad en todo ámbito, en el educativo obviamente, pero también en el económico ya que es una industria al fin y al cabo. Además el hecho de contar con una industria editorial fortalece la identidad nacional, por ejemplo las publicaciones por parte de la UNAM avalan el campo de la investigación por parte de los profesionistas mexicanos, y componen un acervo valioso tanto para nosotros como para las demás naciones al poder retomar ese conocimiento que se produce.

Como toda industria, las editoriales están sujetas a las necesidades e intereses del lector, así que las publicaciones van en función de la comunidad a la que se destinan. La utopía es que desde la clase gobernante hasta los individuos de temprana edad tengan una inclinación por la lectura que aporta saberes, buena literatura, formación para los roles que desempeñan los profesionistas. Todavía más utópico el hecho de que la gente que no tiene oportunidad de acudir a una institución educativa se formara de manera autodidacta, no tenemos lejanos algunos grandes ejemplos como Benito Juárez, quien de ser un pastor, al tener la sed de aprender obtuvo el apoyo de sus parientes para aprender a leer y trascender una educación de simple alfabetización.

El establecer una industria editorial abarca diversos aspectos, desde los permisos para comercializar y los costos del material necesario, hasta las bibliotecas con que se cuenta.

En el proceso de publicación son indispensables cuatro elementos: el autor, el impresor, el vendedor y el editor.

El autor es el creador de las ideas que componen la obra y posee el derecho de ésta, además recibe las regalías correspondientes por la venta de su escrito y en ocasiones participa en la promoción, como puede ser la presentación del libro y firmas de autógrafos. Es una persona que se encuentra ligada al editor, al colaborar con la revisión de la obra.

El impresor, fabricante del soporte físico de la obra, se encarga de todos los detalles que engloba: la composición tipográfica, el diseño, el formato. Entra en este proceso de impresión la selección del papel, la cotización de acuerdo a los materiales a utilizar.

El vendedor se encarga de colocar la obra ya como un producto a comercializar, hay que considerar las librerías a las cuales se va a distribuir, la disponibilidad que tendrá y negociar con los establecimientos en cuanto a la inversión para introducir el producto al mercado.

Finalmente el editor se ocupa de la edición de la obra, del proceso de producción, la corrección de estilo; en este último aspecto se llega a relacionar con el impresor ya que la obra debe estar libre de errores para proceder a la impresión.

Actualmente existe un dilema en cuanto a este proceso debido a la convergencia del libro digital, en el cual participarían el autor y el editor, si acaso un diseñador y la figura que se encargara de subirlo al sitio o de comercializarlo, las mismas funciones pero ejercidas de una manera distinta.

Es importante conocer este proceso, uno tiene escritos a diario en sus manos, pero el saber como llegaron del plano de las ideas de un autor a un producto al que tenemos acceso, nos permite tener consciencia del valor de una obra.

lunes, 20 de febrero de 2012

Envueltos en lo digital

Desde sus inicios, el ser humano ha evolucionado en la manera de relacionarse con sus semejantes.
Comenzó con señas, posteriormente sonidos que derivaron en el habla al instaurar un código común, y con base en esta vía para el entendimiento se pudo llegar a una organización.
Con el avanzar de la historia encontramos los inicios de la escritura, fundamental para las actividades económicas como el comercio y el inicio de nuestra civilización.
La tecnología ha determinado los cambios en la forma de experimentar el mundo, tal parece que es condición inherente del hombre la capacidad de innovar, el problema es que al parecer los medios carecen de importancia ante los fines, eso nos remite inmediatamente a temas ecológicos pero no es momento de abordar un asunto de tal envergadura.
Con el devenir de la civilización, se transitó de un elitismo en las tecnologías como la escritura, a un dominio masivo de estas, al hacerse popular la imprenta y la posible recreación de la realidad, como lo fue el cine.
Actualmente hemos trascendido lo material para vivir rodeados de contenido digital: visible, audible pero impalpable. Estas características han valido para que lo digital no conozca límites, se preste a la simultaneidad de sus manifestaciones y sea transmitido con una velocidad sin precedentes a un bajo coste.
La supremacía de lo digital hoy en día ha conducido a la creación de nuevos géneros discursivos como lo es el chat, los correos electrónicos o nuevas interfaces para la realización de actividades en particular.
Ante el gran giro que ha dado nuestro entorno tras la llegada de los medios digitales, se abre un enorme campo para la reflexión e investigación con respecto a las implicaciones sociales, económicas y hasta éticas que conllevan las nuevas tecnologías.
Cambios en la educación, temas a debatir, códigos y leyes como el asunto del Copyright tan sonado últimamente, entre otros.
La alfabetización ha ido más allá de saber leer y escribir, desafortunadamente esto significa un abismo más grande entre las clases sociales y el avance de ciertos sectores de la población.

Tal parece que al final, las tecnologías siguen siendo un asunto de élite.

El libro a la distancia...

En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.

Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Poeta y pensador estadounidense.

Vivimos en un país en el que ser lector ávido te hace una excepción entre la gente que te rodea, una comunidad inmersa en las imágenes y productos para el entretenimiento que no precisan necesariamente de un nivel de reflexión más allá de la comprensión inmediata.
Es cierto que se lee en México, el asunto a discutir es la calidad de lo que se lee. No es un pretexto el alcance ni la facilidad de acceso, ya que tenemos bibliotecas públicas con un gran acervo, así como puestos de periódicos con los tabloides en primer plano. Es cuestión de formación y decisión en el hábito de leer.
Es irónico que en esta era de la información en que vivimos, las personas no trasciendan en la lectura que tienen de los contenidos a diario, tenemos el acontecer del mundo al alcance de nuestra vista, en un instante podemos acceder a las noticias de Asia, o descargar algunos libros de autores clásicos, pero si no se ha inculcado el hábito de la lectura del libro tradicional, no es extraño que la visión de las personas se limite a lo básico e inmediato, a lo comercial como los best sellers, ya lo dijo Monsiváis.
La experiencia de la lectura me lleva a la acepción de arte: un autor, un artista, que lleva a un soporte material un poco de la genialidad creativa que brota de él, y ésta se traduce en marcas de tinta plasmadas en papel. Estas palabras necesitan ser interpretadas por un espectador, el lector ávido, que no se limita a pasar su vista sobre cada morfema, sino que lleva el significado más allá de sí, se traslada al mundo que el autor puso a su alcance, enriqueciéndolo con su propia experiencia y trascendiéndolo al aprehender esa vivencia, ya que cada libro que se presenta en tu vida, influye innegablemente en tu ser.
Ojalá el lenguaje común fuera el lenguaje literario y no el vulgar, que nuestras expresiones cotidianas no tuvieran límite, que no se deformaran las palabras. La educación básica podría hacer algo al respecto y ver progreso en algunas generaciones próximas.
Pero tal parece que ante la inexorable prisa que delinea nuestro existir, lo breve y superficial es lo más conveniente, mero retroceso por el aparente progreso del hombre.

lunes, 10 de mayo de 2010

Ok new at this..


Hola..bueno sé que es lo de hoy esto de los blogs, y pues nos lo han recomendado bastante en la escuela..así que procuraré sacarle provecho..y pondré cosas varias, escritos ocasionales, escritos elaborados con cuidado y atención, alguna cosa interesante etc.

Pa los que no saben..soy Gaby, gabybllz para los cybernautas jeje, y pues heme aquí.